Llanos es una niña de Socovos, le encanta pisar los charcos hasta empaparse y hacer lo contrario de lo que se espera que haga. Su sonrisa es tan ancha que nunca sabes qué camino va a tomar para llegar o irse. Llanos es una adolescente en un internado. “Le gusta ir a la cola, / y sentarse a ver las cosas/ desde otra perspectiva”. A veces no sabes qué lejos puede llegar así sentada, se escapa hasta de las colas en las que le gusta ir. Llanos es una mujer, ha recorrido tantos caminos pisando tan fuerte que creerías que ya ha llegado, que escribe para quedarse. Pero no: “Sobrevivir viviendo plenamente/ ser valientes…/Me lo has dicho, nos queda/ lo mejor por vivir, y yo lo creo”. Llanos destila la vida en este libro. Nieta del gran poeta Gabriel Guillén cierra el círculo de su abuelo buscando la luz en el día, queriendo la luz en el día, trayendo la luz cada día. Llanos sale aún a pisar agua en las tormentas, lleva dos perros consigo, y su fe en la vida contagia y es inquebrantable: “Hay algo que no sé cómo llamarlo,/incongruente,/que me llena de calma,/que acaricia los nombres/ en cuanto los pronuncio./ Mientras mueve mis pies y no me enseña/ más que curvas abiertas y caminos”
Llanos Guillén. Nací en Socovos el 2 de febrero de 1966. Pasé mi infancia jugando, leyendo e inventando versos y canciones. No he dejado de hacer ninguna de las tres cosas. Aunque no soy nada original, lo mejor que he hecho se llaman Gauden, María y Jaime. Vivo en Albacete desde hace unos años, después de haber cambiado de remite en mis cartas unas cuantas veces. Aquí descubrí el haiku y a los haijines, las dos cosas han pasado a ser importantes en mi vida. A veces sueño con viajar y hacerme vagabunda, pero mis amigos amenazan con ir a buscarme si me pierdo. Así que no me puedo perder. Y, desde siempre, le he pedido el mismo deseo a las estrellas fugaces.
Llanos Guillén. Nací en Socovos el 2 de febrero de 1966. Pasé mi infancia jugando, leyendo e inventando versos y canciones. No he dejado de hacer ninguna de las tres cosas. Aunque no soy nada original, lo mejor que he hecho se llaman Gauden, María y Jaime. Vivo en Albacete desde hace unos años, después de haber cambiado de remite en mis cartas unas cuantas veces. Aquí descubrí el haiku y a los haijines, las dos cosas han pasado a ser importantes en mi vida. A veces sueño con viajar y hacerme vagabunda, pero mis amigos amenazan con ir a buscarme si me pierdo. Así que no me puedo perder. Y, desde siempre, le he pedido el mismo deseo a las estrellas fugaces.