Empeñado en mantener una saludable ingenuidad ante lo que la realidad cotidiana le depara, Chris Stewart vuelve a deleitarnos con episodios asombrosos de su vida campestre en «El Valero», su ya famosa finca en la Alpujarra granadina. Las vivencias recogidas en este tercer volumen de la serie iniciada con Entre limones y El loro en el limonero —que no sólo cosecharon un enorme éxito en España, sino que también suman más de un millón de ejemplares vendidos en Reino Unido— reflejan el particular talante de una persona con una incorregible tendencia a actuar movida por cierta visión idealista de las cosas.
De esas vivencias emerge el retrato de un hombre inasequible al desaliento y siempre dispuesto a acometer nuevos desafíos, ya sea cuando forma parte del Club de Admiradores de los Almendros en Flor, cuando su hija lo instruye en los usos y costumbres de los adolescentes españoles, o cuando inesperadamente le toca hacer una visita guiada de Sevilla a millonarios norteamericanos y a posteriori decide enfrentarse al trabajo de oficina en un centro de ayuda al inmigrante. Los almendros en flor es una muestra más de la capacidad de Chris para contagiarnos con su mirada abierta, su optimismo sincero y, sobre todo, su inquebrantable buen humor.
De esas vivencias emerge el retrato de un hombre inasequible al desaliento y siempre dispuesto a acometer nuevos desafíos, ya sea cuando forma parte del Club de Admiradores de los Almendros en Flor, cuando su hija lo instruye en los usos y costumbres de los adolescentes españoles, o cuando inesperadamente le toca hacer una visita guiada de Sevilla a millonarios norteamericanos y a posteriori decide enfrentarse al trabajo de oficina en un centro de ayuda al inmigrante. Los almendros en flor es una muestra más de la capacidad de Chris para contagiarnos con su mirada abierta, su optimismo sincero y, sobre todo, su inquebrantable buen humor.