A mí siempre me ha gustado hacer reír. Yo debía pagar por hacerlo. Porque lo disfruto mucho. Sobre todo hoy en día, que vivimos en un mundo tan violento. Y a casi nadie le preocupa eso. En la Televisión, por ejemplo, a penas hay programas cómicos. Solamente se pueden ver novelas llenas de tragedias y tristezas. Desde que empiezan hasta que se acaban, no se ve nada más que gente llorando. La madre llora porque un hijo de puta le preño la hija y se fue. La hija llora por la misma razón. El padre llora de encabronamiento, porque a él no le dijeron nada. Y las que ven las telenovelas en sus casas, lloran inconsolablemente viendo aquello, aunque el mismo tema se lo hayan disparado cien veces anteriormente. Pero parece que disfrutan eso, llorar. A ellas no va dirigido este libro. Este libro es para hacer reír, para que los que lo lean pasen un buen rato. Para los que saben lo importante que es andar alegre, para los que no andan “estresaos” por la vida. Para los que mandan las preocupacions pa´l carajo.
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