El 22 de enero del año 2000 se produjo el secuestro de Guillermo la
Chiva Cortés, un querido y respetado periodista y empresario de la
ciudad de Bogotá. Tras siete meses en poder de las FARC, fue rescatado
por el Ejército colombiano en una operación relámpago.
Este libro contiene la narración de los 205 días de su cautiverio. Sus
familiares y amigos lo padecieron, a su manera, y cuentan cómo fue su
angustiosa espera. Pero la voz predominante es la de Guillermo: la Chiva
deja al descubierto la ignominia del secuestro, con todo lo que implica:
miedo, soledad, cansancio, desesperanza, aburrimiento, desorientación.
Pero lo más notable es que, en medio de su indignación, sin olvidar un
solo instante de su penosa experiencia, se esfuerza una y otra vez por
demostrar que el conflicto no ha sido una cuestión de buenos y malos, de
bárbaros y civilizados, sino de dos lenguajes distintos que nadie se ha
puesto en la tarea de traducir.
Los días que se arrastran no es solo un homenaje póstumo a la Chiva,
sino el recuerdo de los horrores de la guerra, y de la urgencia de la
paz
Chiva Cortés, un querido y respetado periodista y empresario de la
ciudad de Bogotá. Tras siete meses en poder de las FARC, fue rescatado
por el Ejército colombiano en una operación relámpago.
Este libro contiene la narración de los 205 días de su cautiverio. Sus
familiares y amigos lo padecieron, a su manera, y cuentan cómo fue su
angustiosa espera. Pero la voz predominante es la de Guillermo: la Chiva
deja al descubierto la ignominia del secuestro, con todo lo que implica:
miedo, soledad, cansancio, desesperanza, aburrimiento, desorientación.
Pero lo más notable es que, en medio de su indignación, sin olvidar un
solo instante de su penosa experiencia, se esfuerza una y otra vez por
demostrar que el conflicto no ha sido una cuestión de buenos y malos, de
bárbaros y civilizados, sino de dos lenguajes distintos que nadie se ha
puesto en la tarea de traducir.
Los días que se arrastran no es solo un homenaje póstumo a la Chiva,
sino el recuerdo de los horrores de la guerra, y de la urgencia de la
paz