Este segundo volumen dedicado a los pensadores presocráticos incluye los fragmentos conservados de dos eleatas, Zenón de Elea y Meliso de Samos, y dos pluralistas,, Empédocles de Agrigegento y Anáxagoras de Clazómenas, así como las referencias que a ellos hicieron la filosofía y la literatura griegas posteriores.
En este segundo volumen se prosigue con la recopilación de fragmentos conservados de pensadores presocráticos y de referencias a ellos en la literatura y la filosofía posteriores. Zenón de Elea (h. 490 a.C.) compartió en buena medida las ideas de Parménides (de quien sin embargo no es mero discípulo) sobre el carácter único, imperecedero e inmutable del ser y la irrealidad del cambiante mundo fenoménico. Estos conceptos fundamentales están en la base de sus célebres aporías, paradojas y procedimientos argumentativos que socavan las opiniones y concepciones falsas acerca de la pluralidad y el movimiento, por los que Aristóteles llamó a Zenón inventor de la dialéctica. Zenón, que aparece como personaje en el diálogo platónico Parménides, ha sido relacionado con el movimiento sofístico ateniense.
Meliso de Samos recibió duras críticas de Aristóteles en la Metafísica y en las Refutaciones sofísticas, y esta opinión adversa hacia sus doctrinas y su importancia histórica ha influido en la valoración de los estudiosos e historiadores posteriores. Pero tal desprecio de los ilustrados atenienses se debió en parte a que Meliso encabezó la más decidida rebelión contra la liga imperial de Atenas y se enfrentó a Pericles. Los fragmentos aquí reunidos rescatan a Meliso como riguroso sistematizador del pensamiento eleático, en la línea de Parménides y Zenón. Tal síntesis no es obra de un simple exégeta, sino que aporta argumentaciones originales y una coherencia que adquirió en la Antigüedad el carácter de formulación global, canónica y paradigmática.