Novela histórica/contemporánea ambientada en la Guerra civil de Líbano (Beirut y Shouf, años 80), Madrid y Barcelona (tiempo moderno).
La novela se divide en dos partes en las que se trata respectivamente de la guerra y del sadomasoquismo, entrelazándolos argumental, simbólica e introspectivamente, inspirada en hechos y testimonios reales, bien que de libre adaptación literaria.
La primera parte transcurre durante la Guerra civil de Líbano, concretamente en la Línea Verde de Beirut y durante la breve etapa de la campaña del Shouf o Guerra de montaña, (septiembre a diciembre de 1983). Con pretensión de construir una estética de la guerra y de su liberación y fortalecimiento de instintos, en contraposición a su debilitamiento en Occidente, en esta primera parte la voz narradora de un combatiente de las milicias cristianas o pro-occidentales explica su peripecia con ritmo ágil y traza una perspectiva impresionista y rápida de la referida etapa del conflicto al tiempo que proporciona trazos introspectivos y de su aleccionador trasfondo.
Se presenta el cedro como símbolo de Líbano y de aquello por lo que las milicias cristianas o pro-occidentales combatieron; una imagen de lo que lucharon por preservar o guardar en grave inferioridad numérica y en circunstancias muy difíciles, decidida y audazmente.
En esta primera parte se deja apuntado el nacimiento de una tendencia homosexual masoquista en el concreto caso del personaje narrador, latente y sin desarrollo.
En la segunda parte de la novela, con cambio en el lugar y en el tiempo y con nueva voz narradora, se da cuenta de un encuentro sadomasoquista en un club homosexual leather de Madrid y de la posterior evolución de una relación sadomasoquista entre un hombre y una pareja de lesbianas dominantes. Reaparece el personaje de la primera parte desarrollada tiempo después de un modo compulsivo su tendencia homosexual masoquista; y con un propósito estrictamente literario y desvinculado de Líbano y de la acción de las milicias cristianas durante su guerra civil, se presenta el cedro como símbolo de la propia individualidad, del instinto, el deseo y el camino personal de cada cual, por difícil y remoto que sea. Se reflexiona sobre la necesidad de luchar por preservarlo o guardarlo de la culpa, la incomprensión, el ataque interior, de toda dificultad y de cualquier forma de debilidad. Esta idea conductora es la que da en consecuencia título a la novela; una mirada que quiere ser audaz sobre las latitudes más duras e inaccesibles de la condición humana, y una apelación a la propia individualidad y a su fuerza como nuestra guía más segura.
www.joseluisdanwart.com
La novela se divide en dos partes en las que se trata respectivamente de la guerra y del sadomasoquismo, entrelazándolos argumental, simbólica e introspectivamente, inspirada en hechos y testimonios reales, bien que de libre adaptación literaria.
La primera parte transcurre durante la Guerra civil de Líbano, concretamente en la Línea Verde de Beirut y durante la breve etapa de la campaña del Shouf o Guerra de montaña, (septiembre a diciembre de 1983). Con pretensión de construir una estética de la guerra y de su liberación y fortalecimiento de instintos, en contraposición a su debilitamiento en Occidente, en esta primera parte la voz narradora de un combatiente de las milicias cristianas o pro-occidentales explica su peripecia con ritmo ágil y traza una perspectiva impresionista y rápida de la referida etapa del conflicto al tiempo que proporciona trazos introspectivos y de su aleccionador trasfondo.
Se presenta el cedro como símbolo de Líbano y de aquello por lo que las milicias cristianas o pro-occidentales combatieron; una imagen de lo que lucharon por preservar o guardar en grave inferioridad numérica y en circunstancias muy difíciles, decidida y audazmente.
En esta primera parte se deja apuntado el nacimiento de una tendencia homosexual masoquista en el concreto caso del personaje narrador, latente y sin desarrollo.
En la segunda parte de la novela, con cambio en el lugar y en el tiempo y con nueva voz narradora, se da cuenta de un encuentro sadomasoquista en un club homosexual leather de Madrid y de la posterior evolución de una relación sadomasoquista entre un hombre y una pareja de lesbianas dominantes. Reaparece el personaje de la primera parte desarrollada tiempo después de un modo compulsivo su tendencia homosexual masoquista; y con un propósito estrictamente literario y desvinculado de Líbano y de la acción de las milicias cristianas durante su guerra civil, se presenta el cedro como símbolo de la propia individualidad, del instinto, el deseo y el camino personal de cada cual, por difícil y remoto que sea. Se reflexiona sobre la necesidad de luchar por preservarlo o guardarlo de la culpa, la incomprensión, el ataque interior, de toda dificultad y de cualquier forma de debilidad. Esta idea conductora es la que da en consecuencia título a la novela; una mirada que quiere ser audaz sobre las latitudes más duras e inaccesibles de la condición humana, y una apelación a la propia individualidad y a su fuerza como nuestra guía más segura.
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