De 1905 a 1913 el escritor suizo Robert Walser vive en Berlín, donde el poeta Christian Morgenstern lee Los hermanos Tanner, su primera y más celebrada novela, que recomienda al editor Bruno Cassirer: «Este hombre hablará así mientras viva y sus libros serán un extraño y fascinante espejo de la vida».
Simon Tanner, el joven e idealista protagonista de esta ópera prima, está atrapado en una realidad de la que es incapaz de sacar provecho, pues no soporta la rutina y la monotonía. Como su creador, Simon da largos paseos en la nieve, observando los jardines y los parques para aplacar así su inestabilidad emocional, debida a su complicada personalidad y a sus encuentros y desencuentros con sus hermanos. Como todas las obras de Walser, ésta entusiasma a críticos y escritores, pues, al igual que El ayudante y Jakob von Gunten, sus otras dos grandes novelas, retrata con excepcional intensidad el perfil errante de su autor, uno de los novelistas que más influencia ha ejercido sobre tres generaciones de escritores alemanes.
Simon Tanner, el joven e idealista protagonista de esta ópera prima, está atrapado en una realidad de la que es incapaz de sacar provecho, pues no soporta la rutina y la monotonía. Como su creador, Simon da largos paseos en la nieve, observando los jardines y los parques para aplacar así su inestabilidad emocional, debida a su complicada personalidad y a sus encuentros y desencuentros con sus hermanos. Como todas las obras de Walser, ésta entusiasma a críticos y escritores, pues, al igual que El ayudante y Jakob von Gunten, sus otras dos grandes novelas, retrata con excepcional intensidad el perfil errante de su autor, uno de los novelistas que más influencia ha ejercido sobre tres generaciones de escritores alemanes.