Dios nunca ha desperdiciado un momento para tratar con aquellos asuntos que muchos tienen por olvidado o creen que no tienen importancia alguna. Como buen padre, Dios sabe tener hijos de todo tipo y con toda clase de "issues". ¿No es acaso la buena actitud de un padre ideal y responsable, nunca dejar en el abandono a aquel hijo que con más controversia vive, o aquel que más extraño le resulta? Los hijos siempre son hijos, así como los padres siempre serán padres, sin importar lo que suceda. La realidad de este tema es que muchos tienden a pensar que Dios es dios de algunos y de otros no. Nunca Dios dejará fuera de su protección o bendición a ninguno de los que él ha llamado hijos. Esos hijos son aquellos, que pueden estar en cualquier ambiente, viviendo un estilo de vida de la manera en que ellos mismos piensan deben vivir. En este libro dejamos ver claro que Dios escogió para sí una generación de hijos, los cuales han de manifestarse en su tiempo, para su gloria. No queremos que dejes de leer todo lo que aquí se expone, pues lo mejor de todo estará en el contenido general. Permitamos que la idea de Dios sea cada vez más clara a medida en que entremos en ella. Todos necesitamos mirar nuevamente hacia la razón y permitamos que el amor nos enseñe a colocar las piezas de este enorme rompecabezas en cada lugar. Sabiendo que el Señor define claramente ese amor como aquel que cubre multitud de faltas, busquemos el norte de la comprensión y dejemos que esa fuerza mayor nos haga entender, lo que hasta ahora no hemos entendido.
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