En Las madrugadores, Louis L’Amour narra la historia de dos hermanos que no pueden ser más distintos—pero cuyo espíritu inquieto les mantiene unidos.
Para pelear con Orrin Sackett tenías que provocarle, pero su hermano Tyrel era el extremo opuesto. Tye nació para buscarse pleitos, y la noche que se interpuso entre su hermano y una bala cambió para siempre el rumbo de sus vidas.
Ahora el sendero les llevaba hacia el oeste, a Santa Fe, una ciudad fronteriza al borde de la violencia donde había que implantar la justicia antes de establecerse en ese territorio sin ley. A Orrin lo nombraron alguacil, mientras que Tye lograba el respeto y el miedo sin insignia. Finalmente, cuando reaparece un tema pendiente del pasado, un hermano se ve obligado a revertir a sus viejas maneras—si es que los sueños del otro se hicieran realidad.
Para pelear con Orrin Sackett tenías que provocarle, pero su hermano Tyrel era el extremo opuesto. Tye nació para buscarse pleitos, y la noche que se interpuso entre su hermano y una bala cambió para siempre el rumbo de sus vidas.
Ahora el sendero les llevaba hacia el oeste, a Santa Fe, una ciudad fronteriza al borde de la violencia donde había que implantar la justicia antes de establecerse en ese territorio sin ley. A Orrin lo nombraron alguacil, mientras que Tye lograba el respeto y el miedo sin insignia. Finalmente, cuando reaparece un tema pendiente del pasado, un hermano se ve obligado a revertir a sus viejas maneras—si es que los sueños del otro se hicieran realidad.