Los mayas, constituyen una de las culturas más avanzadas de la historia y aun, a día de hoy, se encuentra llena de incógnitas. El desarrollo humano de este pueblo está llena de vicisitudes y su desaparición como civilización, en una etapa histórica muy determinada, sólo contribuye a acrecentar el halo de misterio que le rodea.
Esta historia se divide en tres partes. La primera corresponde a la fase prehistórica, es decir, la mesoamericana, la segunda, a la presencia española en ese territorio americano, desde el encuentro o descubrimiento de América, y, la tercera, a la parte republicana, ya mexicana. Los mayas son un pueblo indómito que hace pagar muy cara su derrota. Incluso hasta nuestros días, es patente tal afán reivindicativo. La cultura maya (o el indigenismo, para ceñirnos al término contemporáneo) mantiene aún secretos que faltan por descifrar, si se contemplan sus vestigios de piedra o cerámica. Si se habla de humanos que reivindican derechos y justicia, aún más.
Esta historia sólo tiene un fin: acercar al hombre de comienzos del siglo xxi, las vicisitudes de un pueblo milenario, rebelde, indómito y todavía vivo.
Esta historia se divide en tres partes. La primera corresponde a la fase prehistórica, es decir, la mesoamericana, la segunda, a la presencia española en ese territorio americano, desde el encuentro o descubrimiento de América, y, la tercera, a la parte republicana, ya mexicana. Los mayas son un pueblo indómito que hace pagar muy cara su derrota. Incluso hasta nuestros días, es patente tal afán reivindicativo. La cultura maya (o el indigenismo, para ceñirnos al término contemporáneo) mantiene aún secretos que faltan por descifrar, si se contemplan sus vestigios de piedra o cerámica. Si se habla de humanos que reivindican derechos y justicia, aún más.
Esta historia sólo tiene un fin: acercar al hombre de comienzos del siglo xxi, las vicisitudes de un pueblo milenario, rebelde, indómito y todavía vivo.