Desde su primera versión, aparecida en 1994, Los mil y un velorios ha mantenido el inigualable estilo de Carlos Monsiváis.
Una crónica que recupera la memoria roja de los mexicanos y se adentra en los laberintos actuales de la delincuencia organizada.
En esta amplia crónica de la nota roja, Carlos Monsiváis recupera los casos más sonados (Goyo Cárdenas, el Pelón Sobera, los Narcosatánicos, la Mataviejitas, etc.) y se adentra en los laberintos del narco y los crímenes de odio, haciendo en todo momento una reflexión mordaz y desgarradora sobre el crimen como expresión de lo cotidiano y lo excepcional en la sociedad mexicana.
La crítica ha opinado:
"En una tradición dominada por la seriedad, el hieratismo y la pregunta existencial de la identidad (Paz, Rulfo, Fuentes, Elizondo#), Monsiváis reivindicó la risa como un medio para lidiar con una realidad adversa. Al ser antisolemne e irreverente, la obra de Monsiváis resultó una bocanada de aire puro en medio de la gazmoñería y la solemnidad literarias" -Jezreel Salazar, Revista de la Universidad de México-
Una crónica que recupera la memoria roja de los mexicanos y se adentra en los laberintos actuales de la delincuencia organizada.
En esta amplia crónica de la nota roja, Carlos Monsiváis recupera los casos más sonados (Goyo Cárdenas, el Pelón Sobera, los Narcosatánicos, la Mataviejitas, etc.) y se adentra en los laberintos del narco y los crímenes de odio, haciendo en todo momento una reflexión mordaz y desgarradora sobre el crimen como expresión de lo cotidiano y lo excepcional en la sociedad mexicana.
La crítica ha opinado:
"En una tradición dominada por la seriedad, el hieratismo y la pregunta existencial de la identidad (Paz, Rulfo, Fuentes, Elizondo#), Monsiváis reivindicó la risa como un medio para lidiar con una realidad adversa. Al ser antisolemne e irreverente, la obra de Monsiváis resultó una bocanada de aire puro en medio de la gazmoñería y la solemnidad literarias" -Jezreel Salazar, Revista de la Universidad de México-