El mundo de los mercenarios constituye el telón de fondo de esta gran obra de Frederick Forsyth, maestro del género del suspense.
En primer plano, una anécdota de trepidante acción descubre algunos aspectos siniestros y poco conocidos de ciertas actividades: la minería, las altas finanzas, operaciones bancarias y el mundo de los traficantes de armas.
De París a Ostende y Marsella, donde son reclutados los mercenarios; de Berna a Brujas, donde se montan las operaciones financieras; y de Alemania a Italia, Grecia y Yugoslavia, donde se compran las armas, Forsyth desvela, en un viaje literario apasionante, un mundo en el que no solo las armas, sino también quienes las disparan, se vende al mejor postor.