Elena, camarera del Hotel Meridiano, no gana lo suficiente para pagarse sus estudios de interpretación por lo que decide lanzarse a otra actividad más lucrativa pero menos respetable: hacer strip tease privados mediante una webcam.
Su número es tan caliente que uno de sus clientes sufre un ataque. Al reconocer la habitación desde donde el cliente se conecta como una de las pertenecientes al hotel donde limpia, muy cercano a su apartamento, decide salir a toda prisa para prestarle auxilio. Pero al llegar al pasillo de la habitación ve salir de ésta a Chino, uno de los botones, con un pequeño neceser bajo el brazo.
La excitante e intensa relación que se establece entre ellos se complicará con una peligrosa persecución del neceser robado, lo que constituye el núcleo de una frenética y erótica novela de aventuras en la que no faltan referencias históricas y fantásticas, donde la codicia empresarial colisiona con el fanatismo religioso configurando un enredo que mantendrá en vilo al lector.
Su número es tan caliente que uno de sus clientes sufre un ataque. Al reconocer la habitación desde donde el cliente se conecta como una de las pertenecientes al hotel donde limpia, muy cercano a su apartamento, decide salir a toda prisa para prestarle auxilio. Pero al llegar al pasillo de la habitación ve salir de ésta a Chino, uno de los botones, con un pequeño neceser bajo el brazo.
La excitante e intensa relación que se establece entre ellos se complicará con una peligrosa persecución del neceser robado, lo que constituye el núcleo de una frenética y erótica novela de aventuras en la que no faltan referencias históricas y fantásticas, donde la codicia empresarial colisiona con el fanatismo religioso configurando un enredo que mantendrá en vilo al lector.