Los últimos días de Hitler recrea la destrucción física, moral y material que padeció la sociedad alemana bajo el régimen totalitario del partido nacional socialista. Pere Bonnín resalta tres principales aspectos de las consecuencias que tuvo la implantación del nazismo: la inmolación o autodestrucción de sus actores principales, empezando por el propio Führer y sus colaboradores más allegados; el Holocausto o aniquilación de las personas que se opusieron a la ideología racista, cuyas víctimas más numerosas fueron los judíos, y finalmente la destrucción de la economía alemana, que culminó con la política desesperada de "tierra quemada". El libro explica de un modo claro y ameno, con abundante documentación, los pasos seguidos por los nazis para seducir a la población alemana y violar la conciencia de los patriotas con el fin de obtener su colaboración con el régimen de terror y la guerra agresiva que ensangrentó Europa.
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