Es primavera.
Y nos encontramos al norte de Palestina siglos atrás. Palestina en primavera es un jardín exótico. Manzanos, higueras, viñas, lirios, tórtolas, panteras, leones, narcisos y demás flora y fauna conforman el lugar ideal para que dos jóvenes corazones se amen y se busquen, se separen y se encuentren.
Cantares son dichos de amor que acampan en la anchura del deseo humano, son gritos de placer cuyo origen están en el rico caudal espiritual que Dios da a cada alma en su despertar a la atracción sexual, a la fusión de dos cuerpos que dan a luz al auténtico amor.
Va a comenzar la sinfonía lírica donde dos actores que se aman y desean no han tenido que memorizar el libreto de ningún erudito, sino que es obra original nacida de la necesidad de fundir dos sentimientos puros, dos pasiones simples, dos ingenuos pechos.
El cantar de los cantares de Salomón.
Un canto
el de amor,
el mejor es el inédito.
Y lento pero firme el cuerpo,
la corona y el velo,
componen la sinfonía libre,
el movimiento a dos que inventa el sexo.
Ahí está la esencia de la caricia,
y ahí está lo sublime de la nana:
que dos almas íntimas
se unan y lloren, se toquen y tiemblen
y juntos,
canten la melodía que los lleve al principio,
al Edén de la flor sin espinas.
LA ESPOSA CANTA SU ANHELO:
Versículo 2
¡Oh si él me besara
con besos de su boca!
Porque tu amor es mejor que el vino.
No es fácil pedir un beso.
El beso desnuda.
Pedir un beso en la boca
es de ser una mujer valiente
flor que despunta como el lirio
de entre el cardo y la espina.
Y nos encontramos al norte de Palestina siglos atrás. Palestina en primavera es un jardín exótico. Manzanos, higueras, viñas, lirios, tórtolas, panteras, leones, narcisos y demás flora y fauna conforman el lugar ideal para que dos jóvenes corazones se amen y se busquen, se separen y se encuentren.
Cantares son dichos de amor que acampan en la anchura del deseo humano, son gritos de placer cuyo origen están en el rico caudal espiritual que Dios da a cada alma en su despertar a la atracción sexual, a la fusión de dos cuerpos que dan a luz al auténtico amor.
Va a comenzar la sinfonía lírica donde dos actores que se aman y desean no han tenido que memorizar el libreto de ningún erudito, sino que es obra original nacida de la necesidad de fundir dos sentimientos puros, dos pasiones simples, dos ingenuos pechos.
El cantar de los cantares de Salomón.
Un canto
el de amor,
el mejor es el inédito.
Y lento pero firme el cuerpo,
la corona y el velo,
componen la sinfonía libre,
el movimiento a dos que inventa el sexo.
Ahí está la esencia de la caricia,
y ahí está lo sublime de la nana:
que dos almas íntimas
se unan y lloren, se toquen y tiemblen
y juntos,
canten la melodía que los lleve al principio,
al Edén de la flor sin espinas.
LA ESPOSA CANTA SU ANHELO:
Versículo 2
¡Oh si él me besara
con besos de su boca!
Porque tu amor es mejor que el vino.
No es fácil pedir un beso.
El beso desnuda.
Pedir un beso en la boca
es de ser una mujer valiente
flor que despunta como el lirio
de entre el cardo y la espina.