Bienvenidos al maravilloso mundo de Manuel Vilas y bienvenidos también a los alucinantes viajes de Lou Reed por España. Porque este libro consta de dos historias montadas en una sola película: la del joven Vilas, que experimenta una revelación, una auténtica epifanía, cuando escucha la voz del músico estadounidense en su Barbastro natal durante los franquistas años 70, y la de Lou Reed, que entre concierto y concierto descubre un país oscuro y luminoso, amable y salvaje. Así, en ágil contrapunto, vemos cómo Vilas madura y se enamora, compra discos, acude a actuaciones y visita ciudades saltando de oca en oca. Reed, mientras tanto, habla de forma demencial con camareros, colegas, guardias civiles o amantes, come platos hispánicos, quema kilómetros y canta… sobre todo canta. ¡Vaya voz!
A lo largo de estas páginas se recrean las alocadas aventuras y las entrañables desventuras de un poeta y una estrella del rock cuyos caminos nunca llegan a encontrarse: el primero admira al segundo; el segundo se deja admirar desde la altiva distancia del escenario. Lou Reed era español es poema en prosa y prosa musicada. Es recuerdo, drama y comedia. Es la carta de amor de un escritor que logra construir una mitología española donde conviven Machado o Buñuel con Jim Morrison o, por supuesto, Lou Reed. Su literatura es tradición y ruptura, vida y rock and roll. ¡Que empiece la fiesta con su tristeza abismal y su alegría dionisíaca! ¡Que empiece el viaje!
A lo largo de estas páginas se recrean las alocadas aventuras y las entrañables desventuras de un poeta y una estrella del rock cuyos caminos nunca llegan a encontrarse: el primero admira al segundo; el segundo se deja admirar desde la altiva distancia del escenario. Lou Reed era español es poema en prosa y prosa musicada. Es recuerdo, drama y comedia. Es la carta de amor de un escritor que logra construir una mitología española donde conviven Machado o Buñuel con Jim Morrison o, por supuesto, Lou Reed. Su literatura es tradición y ruptura, vida y rock and roll. ¡Que empiece la fiesta con su tristeza abismal y su alegría dionisíaca! ¡Que empiece el viaje!