APOLOGÍA INNECESARIA DE LA MÉTRICA Y LA RIMA EN LAS MANOS DEL POETA ARTURO AMEZ
No necesitan la métrica y la rima defensa alguna. Tampoco necesita Arturo Amez un apologista. Entiéndase lo que sigue como una introducción amigable, como un proemio de agradecimiento al autor de estos sonetos ya que ha tenido el valor de lanzarse por una vía que, de tan poco frecuentada últimamente, anda llena de cardos, abrojos y hasta socavones que impiden una circulación razonable.
Es propio de los ignaros tiempos que corren despreciar las formas clásicas en la poesía y el arte, considerarlas anticuadas e innecesarias y evitarlas. Aclaremos que las más de las veces se hace por ignorancia, no por evolución, por incapacidad de asumir retos y por la tendencia insulsa de ir a lo más fácil para ahorrarse esfuerzo y estudio.
Ese es, no siempre, pero a menudo, el símbolo de nuestros días: la atrevida ignorancia y la falta de autoexigencia.
Ya lo dijo el maestro Antonio Machado:
[...] Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora.
Enrique Gracia Trinidad
No necesitan la métrica y la rima defensa alguna. Tampoco necesita Arturo Amez un apologista. Entiéndase lo que sigue como una introducción amigable, como un proemio de agradecimiento al autor de estos sonetos ya que ha tenido el valor de lanzarse por una vía que, de tan poco frecuentada últimamente, anda llena de cardos, abrojos y hasta socavones que impiden una circulación razonable.
Es propio de los ignaros tiempos que corren despreciar las formas clásicas en la poesía y el arte, considerarlas anticuadas e innecesarias y evitarlas. Aclaremos que las más de las veces se hace por ignorancia, no por evolución, por incapacidad de asumir retos y por la tendencia insulsa de ir a lo más fácil para ahorrarse esfuerzo y estudio.
Ese es, no siempre, pero a menudo, el símbolo de nuestros días: la atrevida ignorancia y la falta de autoexigencia.
Ya lo dijo el maestro Antonio Machado:
[...] Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora.
Enrique Gracia Trinidad