Una iglesia arde en la noche. Adentro, espera el cadáver de una adolescente que no llega a calcinarse. El panorama es aún más desolador que si la construcción se hubiera quemado por completo: quedan restos indecisos que no pueden llegar a ser algo, a tener una entidad. Otra iglesia más va a arder, una que el detective Jeremías Gillette Jeremías no podrá dejar de observar como un espectáculo incomparable, así lo llama.
Es la tercera novela de la serie, se dice Simón León, el escritor que acompaña al detective más cruel de la policía bonaerense en sus aventuras. León detesta el trabajo policial, pero necesita sacar provecho de cada caso para publicar una nueva novela.
A la trama, se irán sumando los personajes anómalos de una realidad distorsionada: grupos de death metal noruegos, chicas ricas que juegan a sacarse fotos comprometidas, un cura irlandés que parece un duende, un viejo amor que no ha sido correspondido y una San Miguel alucinada y alucinante como la imagen de una iglesia que arde en la noche.
Ezequiel Dellutri ha inventado un personaje literario y carnal a la vez con Gillette: irónico, obsesivo, tenaz, anómico, insensible; y se ha revelado como una de las nuevas voces del policial en la Argentina.
Es la tercera novela de la serie, se dice Simón León, el escritor que acompaña al detective más cruel de la policía bonaerense en sus aventuras. León detesta el trabajo policial, pero necesita sacar provecho de cada caso para publicar una nueva novela.
A la trama, se irán sumando los personajes anómalos de una realidad distorsionada: grupos de death metal noruegos, chicas ricas que juegan a sacarse fotos comprometidas, un cura irlandés que parece un duende, un viejo amor que no ha sido correspondido y una San Miguel alucinada y alucinante como la imagen de una iglesia que arde en la noche.
Ezequiel Dellutri ha inventado un personaje literario y carnal a la vez con Gillette: irónico, obsesivo, tenaz, anómico, insensible; y se ha revelado como una de las nuevas voces del policial en la Argentina.