Contratapa escrita por el crítico Ricardo González-Vigil :
"El tema: la pubertad, ese estallido de la energía vital. Irrupción de deseo sexual, pero también despertar a una óptica ajena a las ilusiones de la infancia: aprendizaje del lado oculto de la existencia, ahí donde las pasiones no son sólo eróticas, sino también tanáticas, destructivas, conectadas a la alienación y la frustración que, en mayor o menor medida instala el "contrato social".
Una pubertad exorcizada por la memoria adulta y por una escritura madura artísticamente hablando, llena de humor y comunión indulgente con el tejido tragicómico de la condición humana. Lo que fulgura es la celebración del erotismo como fuente posible (lamentablemente reprimida) de humanización: "Lo que habíamos visto era bello, por lo libre, por lo genuino. Era el amor de dos seres adultos, expresado más allá de la razón, de los convencionalismos, de los trajes, del dinero, del cómo está usted". (Cuento "Lunas de Huampaní")
El libro consta de 5 cuentos cortos en los cuales el protagonista siempre es un adolescente. A continuación un breve extracto de uno de ellos:
EL TREN FANTASMA:
(....)
-Hola.-saludó deteniéndose a un metro de ellas.
-Hola.-respondió la más morena de las tres-.Me llamo Amapola.-añadió,presentándose.- y ellas son Margarita y Jazmín.
Agustín rió y volteó a ver a sus amigos invitándolos a que se acerquen.
-O sea...todas son flores -dijo,galante.
-Capullos aún -corrigió Jazmín.
-Bueno pues; yo soy Hugo, él es Paco y él es Luis.
-Ja,ja,ja... rió Amapola.- Como los nietos de Rico Mc Pato; jajaja...¿No quieren subir al tren fantasma?
(........)
Ingresaron. La oscuridad los envolvió. Por unos segundos todo fue negro, como el hot-pant y las botas de Amapola, quien se apretó a él, abrazándolo. De repente doblaron una esquina y un muñeco se inclinó sobre ellos con una especie de telaraña que les pasó sobre el rostro provocando los grititos desesperados de ella. Junto con el gritito sintió Agustín el ardor de sus muslos y la mano de Amapola guiando la suya hacia ellos. Pudo palpar a plenitud su carne y liberar sus dedos en aquellas piernas vanidosas y tersas que se abrieron mansamente, permitiéndole adivinar su bosque más íntimo.
"El tema: la pubertad, ese estallido de la energía vital. Irrupción de deseo sexual, pero también despertar a una óptica ajena a las ilusiones de la infancia: aprendizaje del lado oculto de la existencia, ahí donde las pasiones no son sólo eróticas, sino también tanáticas, destructivas, conectadas a la alienación y la frustración que, en mayor o menor medida instala el "contrato social".
Una pubertad exorcizada por la memoria adulta y por una escritura madura artísticamente hablando, llena de humor y comunión indulgente con el tejido tragicómico de la condición humana. Lo que fulgura es la celebración del erotismo como fuente posible (lamentablemente reprimida) de humanización: "Lo que habíamos visto era bello, por lo libre, por lo genuino. Era el amor de dos seres adultos, expresado más allá de la razón, de los convencionalismos, de los trajes, del dinero, del cómo está usted". (Cuento "Lunas de Huampaní")
El libro consta de 5 cuentos cortos en los cuales el protagonista siempre es un adolescente. A continuación un breve extracto de uno de ellos:
EL TREN FANTASMA:
(....)
-Hola.-saludó deteniéndose a un metro de ellas.
-Hola.-respondió la más morena de las tres-.Me llamo Amapola.-añadió,presentándose.- y ellas son Margarita y Jazmín.
Agustín rió y volteó a ver a sus amigos invitándolos a que se acerquen.
-O sea...todas son flores -dijo,galante.
-Capullos aún -corrigió Jazmín.
-Bueno pues; yo soy Hugo, él es Paco y él es Luis.
-Ja,ja,ja... rió Amapola.- Como los nietos de Rico Mc Pato; jajaja...¿No quieren subir al tren fantasma?
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Ingresaron. La oscuridad los envolvió. Por unos segundos todo fue negro, como el hot-pant y las botas de Amapola, quien se apretó a él, abrazándolo. De repente doblaron una esquina y un muñeco se inclinó sobre ellos con una especie de telaraña que les pasó sobre el rostro provocando los grititos desesperados de ella. Junto con el gritito sintió Agustín el ardor de sus muslos y la mano de Amapola guiando la suya hacia ellos. Pudo palpar a plenitud su carne y liberar sus dedos en aquellas piernas vanidosas y tersas que se abrieron mansamente, permitiéndole adivinar su bosque más íntimo.