Este libro se propone al cine como una herramienta, para el enfermo y sus familiares, pero también para los estudiantes de medicina y psicología, que pocas veces puede hacer un seguimiento de los pacientes que pueden ver en el tiempo de su rotación en los servicios correspondientes.
Los directores cinematográficos se asesoran de personal de salud mental, y cada vez hacen una descripción más acuciosa y real del enfermo mental y su entorno, en cada padecimiento se proponen una o dos películas a ver, con las indicaciones respectivas, sobre que escenas observar en detalle.
En la psicoterapia, lo mismo que en el entendimiento con los familiares, procesos tan extraños como el alucinar, el tener ideas delirantes o el tener ideas obsesivas queda más comprensible.
Los directores cinematográficos se asesoran de personal de salud mental, y cada vez hacen una descripción más acuciosa y real del enfermo mental y su entorno, en cada padecimiento se proponen una o dos películas a ver, con las indicaciones respectivas, sobre que escenas observar en detalle.
En la psicoterapia, lo mismo que en el entendimiento con los familiares, procesos tan extraños como el alucinar, el tener ideas delirantes o el tener ideas obsesivas queda más comprensible.