¿Podía aquella farsa convertirse en realidad?
La policía Hannah Pace necesitaba alquilar un acompañante... ¡y no tenía tiempo! Había mentido a su madre biológica, a la que estaba a punto de conocer, y tenía que presentarse con su supuesto marido del brazo. Por eso, no tuvo más remedio que contratar a uno de los delincuentes que frecuentaban su comisaría, Nick Archer. Lo malo fue que el atractivo Nick comenzó a representar su papel con demasiado realismo. Sus apasionados besos hicieron desear a Hannah que estuvieran casados... para toda la vida.