La profecía del Mastay predice el futuro advenimiento de una era de luz y armonía; de un día que empezará iluminado por un nuevo Sol. Ese día se iniciará con la reintegración entre «la gente de las cuatro direcciones».
El propósito del libro es facilitar dicho reencuentro y descubrir qué puede suceder entonces. Para ello, los primeros cuatro capítulos narran un fragmento significativo de la vida de cuatro personajes: Vivek, filosofo oriental del siglo VI; Fátima, poeta sufí del siglo XIII; David, científico disidente contemporáneo; y Mama Tuk, pintora australiana aborigen cuya historia tiene lugar 500 años en el futuro. Cada uno de dichos personajes representa un elemento, dirección y respectivamente una de las siguientes civilizaciones: Oriente, Islam, Occidente y Primeras Naciones.
En el quinto capítulo los cuatro personajes mantienen una conversación en los planos sutiles del pensamiento. Ellos debaten aquello que tenemos en común y aquello que nos complementa, para así incitar al tan esperado reencuentro.
En el sexto, el autor resume las rutas espirituales trazadas por cada uno de los personajes e intenta comunicar aquello que el futuro nos depara.
Mientras que el séptimo capítulo busca trascender las palabras mediante una llamada a la "acción solidaria", una llamada que nos permita dejar de identificarnos con quienes fuimos, para hacerlo con aquéllos en quienes nos estamos convirtiendo.
El propósito del libro es facilitar dicho reencuentro y descubrir qué puede suceder entonces. Para ello, los primeros cuatro capítulos narran un fragmento significativo de la vida de cuatro personajes: Vivek, filosofo oriental del siglo VI; Fátima, poeta sufí del siglo XIII; David, científico disidente contemporáneo; y Mama Tuk, pintora australiana aborigen cuya historia tiene lugar 500 años en el futuro. Cada uno de dichos personajes representa un elemento, dirección y respectivamente una de las siguientes civilizaciones: Oriente, Islam, Occidente y Primeras Naciones.
En el quinto capítulo los cuatro personajes mantienen una conversación en los planos sutiles del pensamiento. Ellos debaten aquello que tenemos en común y aquello que nos complementa, para así incitar al tan esperado reencuentro.
En el sexto, el autor resume las rutas espirituales trazadas por cada uno de los personajes e intenta comunicar aquello que el futuro nos depara.
Mientras que el séptimo capítulo busca trascender las palabras mediante una llamada a la "acción solidaria", una llamada que nos permita dejar de identificarnos con quienes fuimos, para hacerlo con aquéllos en quienes nos estamos convirtiendo.