La ciencia médica tradicional no consigue proporcionar confianza a los enfermos, pues la mayoría de las enfermedades vuelven de forma recalcitrante o se derivan a fallos en otras zonas más débiles. Los medicamentos, desprovistos de ADN, palian ciertamente los males, aunque es admitido que no resuelven las enfermedades y crean efectos iatrogénicos.
Es por ello que la física cuántica aplicada a la salud de los seres humanos puede conseguir resultados muchos más satisfactorios e inocuos.
Este libro, explicado con sencillez, puede servir de pauta a cualquier profesional de la medicina, sea tradicional o alternativa.
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