Esencialmente, la terminología define a un médium como aquella persona que, dotada de facultades paranormales, puede actuar como mediadora en la consecución de fenómenos parapsicológicos, entre ellos la comunicación con los espíritus.
Un simple repaso a la historia nos demuestra que los mejores médiums fueron precisamente aquellas personas que más trascendencia han aportado a la Humanidad, mucha más que cualquier científico. Me estoy refiriendo a los mediadores entre Dios y los hombres, a los profetas y al mismo Jesús, sin olvidar a Buda, Mahoma, Abraham e Isaías. Todos ellos fueron los mejores médiums y los que con su trabajo y sabiduría han conseguido establecer la necesidad de un intermediario entre la divinidad y las personas. Nuestros médiums actuales, mucho más modestos y tecnificados, solamente nos proporcionan una conexión adecuada entre el mundo de los espíritus y nosotros, que no es poco.
Un simple repaso a la historia nos demuestra que los mejores médiums fueron precisamente aquellas personas que más trascendencia han aportado a la Humanidad, mucha más que cualquier científico. Me estoy refiriendo a los mediadores entre Dios y los hombres, a los profetas y al mismo Jesús, sin olvidar a Buda, Mahoma, Abraham e Isaías. Todos ellos fueron los mejores médiums y los que con su trabajo y sabiduría han conseguido establecer la necesidad de un intermediario entre la divinidad y las personas. Nuestros médiums actuales, mucho más modestos y tecnificados, solamente nos proporcionan una conexión adecuada entre el mundo de los espíritus y nosotros, que no es poco.