Me llena de emoción saber que hoy estoy aquí, diez años después del diagnóstico de un trastorno bipolar, con una fuerza interior real, con solidez. Atrás quedó esa mujer llena de miedo por enloquecer, por deprimirse, por hablar, por vivir. Atrás quedó esa madre temerosa de hacerles daño a las personas que más ama. El gran cambio que ha producido este recorrido es que soy infinitamente libre”.
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