La vida de Saskia Wagner está perdiendo el equilibrio. La periodista de veintisiete años ha sido despedida y desde entonces David, su pareja, se comporta como un pachá. Cuando empiezan las discusiones, Saskia deja la vivienda en común y se va a vivir a casa de su amiga Cécile. Ella le habla sobre la vendimia en el pequeño pueblo provenzal de Beaumes-de-Venise y le cuenta que en ese lugar se busca ayuda para la temporada de verano.
Saskia, una mujer de decisiones rápidas desde siempre, solicita un puesto en la plaza que se oferta, y un par de semanas después está en la estación de Beaumes-de-Venise esperando a Jean-Luc Rougeon, su futuro jefe. El atractivo terrateniente intimida bastante a primera vista a una Saskia segura de sí misma. Ante la gente del pueblo su apariencia también provoca reacciones extrañas. Aunque no sería la Saskia de siempre si no pudiera resolver este enigma.