'Miami' es la historia de una ciudad insegura y brutal, autodestructiva y fascinante, que hace mucho tiempo está buscando una piel donde sentirse cómoda. También es la historia de los prejuicios de su autor, que durante años ignoró a Miami y después descubrió, sorprendido y humillado, una ciudad con jugo y mordiente, mucho más interesante que la famosa trinidad –playa, shopping, anticastrismo– a la que él y buena parte de América Latina la habían condenado.
Después de un año y media docena de viajes, Hernán Iglesias Illa ha descubierto una Miami donde todavía hay playa, shopping y anticastrismo, pero donde las historias más urgentes y musculares transcurren en otro lado, en los suburbios del oeste y en los rascacielos de Brickell en los que cientos de miles de inmigrantes latinoamericanos le cambian la cara y el acento y la química a la ciudad. En Miami ya están los venezolanos, recién llegados; los colombianos, mimetizados con el paisaje; los argentinos, nunca convencidos de su propio exilio; los nicaragüenses, invisibles. Y, por supuesto, están los cubanos, con su propia crisis, envueltos en una inédita renovación generacional y política que dentro de no muchos años posiblemente cambiará el clima y el talante de Miami.
Desde mediados de los años 90, Miami se ha transformado y ha crecido en dos direcciones, aunque sin influencia cubana. Una de esas direcciones es la de su nueva sofisticación global, la que disfruta de Art Basel y del renacimiento de South Beach; la otra es la de los colonos latinoamericanos que le están devolviendo aquella mística de trabajo duro y ascenso social que los cubanos le habían inyectado en los años 60 y 70. Esa Miami fue la Miami moral de la Guerra Fría. Esta Miami de la globalización, amoral e impredecible, seguirá siendo cubana si los cubanos se atreven a compartirla.
Navegando con soltura y vigor narrativo entre la crónica, el ensayo y el diario de viaje, Iglesias Illa ha pintado un retrato apasionante, múltiple y por momentos conmovedor de una ciudad en transición, que parece estar siempre a mitad de camino y siempre al límite, como una ciudad de frontera, vibrante y efímera, hospitalaria y vacilante.
"Entre aquella visión de una Miami berreta y frívola y las 246 páginas llenas de aventuras, reflexiones y testimonios que componen esta destacada crónica, algo pasó en la mente del cronista" –Javier Sinay, Crítica
"El libro tiene el valor inconfundible de desterrar mitos muy arraigados sobre una ciudad tabú para la intelligentzia latinoamericana" –Daniel Mapelli, Clarin
"Un libro contra el cliché. Para derribarlo, el autor usa con inteligencia y oficio los procedimientos más intensos de los cronistas contemporáneos (Tomás Eloy Martínez, Jon Lee Anderson, Carlos Monsiváis, Martín Caparrós) y construye un sólido texto de non-fiction que tiene mucho de ensayo, de narrativa de viajes y humor" –Hernan Vera Alvarez, El Nuevo Herald
"El casting de Miami es inmejorable. Las tipologías utilizadas parecen haber estado ahí desde siempre. Descubrimos que una ciudad tan híbrida y tan subestimada como ésta, también tiene un pasado". –Salvador Cristófaro, Sobre Libros
Después de un año y media docena de viajes, Hernán Iglesias Illa ha descubierto una Miami donde todavía hay playa, shopping y anticastrismo, pero donde las historias más urgentes y musculares transcurren en otro lado, en los suburbios del oeste y en los rascacielos de Brickell en los que cientos de miles de inmigrantes latinoamericanos le cambian la cara y el acento y la química a la ciudad. En Miami ya están los venezolanos, recién llegados; los colombianos, mimetizados con el paisaje; los argentinos, nunca convencidos de su propio exilio; los nicaragüenses, invisibles. Y, por supuesto, están los cubanos, con su propia crisis, envueltos en una inédita renovación generacional y política que dentro de no muchos años posiblemente cambiará el clima y el talante de Miami.
Desde mediados de los años 90, Miami se ha transformado y ha crecido en dos direcciones, aunque sin influencia cubana. Una de esas direcciones es la de su nueva sofisticación global, la que disfruta de Art Basel y del renacimiento de South Beach; la otra es la de los colonos latinoamericanos que le están devolviendo aquella mística de trabajo duro y ascenso social que los cubanos le habían inyectado en los años 60 y 70. Esa Miami fue la Miami moral de la Guerra Fría. Esta Miami de la globalización, amoral e impredecible, seguirá siendo cubana si los cubanos se atreven a compartirla.
Navegando con soltura y vigor narrativo entre la crónica, el ensayo y el diario de viaje, Iglesias Illa ha pintado un retrato apasionante, múltiple y por momentos conmovedor de una ciudad en transición, que parece estar siempre a mitad de camino y siempre al límite, como una ciudad de frontera, vibrante y efímera, hospitalaria y vacilante.
"Entre aquella visión de una Miami berreta y frívola y las 246 páginas llenas de aventuras, reflexiones y testimonios que componen esta destacada crónica, algo pasó en la mente del cronista" –Javier Sinay, Crítica
"El libro tiene el valor inconfundible de desterrar mitos muy arraigados sobre una ciudad tabú para la intelligentzia latinoamericana" –Daniel Mapelli, Clarin
"Un libro contra el cliché. Para derribarlo, el autor usa con inteligencia y oficio los procedimientos más intensos de los cronistas contemporáneos (Tomás Eloy Martínez, Jon Lee Anderson, Carlos Monsiváis, Martín Caparrós) y construye un sólido texto de non-fiction que tiene mucho de ensayo, de narrativa de viajes y humor" –Hernan Vera Alvarez, El Nuevo Herald
"El casting de Miami es inmejorable. Las tipologías utilizadas parecen haber estado ahí desde siempre. Descubrimos que una ciudad tan híbrida y tan subestimada como ésta, también tiene un pasado". –Salvador Cristófaro, Sobre Libros