Amelie y Bastian creyeron en un final feliz y en tiempos alegres. Pero aquellos empezaron a verse ensombrecidos por un veneno dormido que despertó para reclamar un alma.
Había una vez un muchacho de ojos verdes que se sacrificó por la chica que amaba; y su sacrificio fue tan grande que tres ángeles de Dios bajaron a la Tierra para convertir a esa chica en una guerrera.
Ella transformó su sufrimiento en valentía y penetró en el infierno como un rayo de luz que se abre paso entre nubes negras.
El amor de Amelie y Bastian terminó por desatar la tormenta.
Había una vez un muchacho de ojos verdes que se sacrificó por la chica que amaba; y su sacrificio fue tan grande que tres ángeles de Dios bajaron a la Tierra para convertir a esa chica en una guerrera.
Ella transformó su sufrimiento en valentía y penetró en el infierno como un rayo de luz que se abre paso entre nubes negras.
El amor de Amelie y Bastian terminó por desatar la tormenta.