Marcos es un héroe de guerra. Situado en Cartagena, España, está esperando a que su próximo barco zarpe rumbo a zona de combate. Fuerte, atol, atlético, carismático, sexy y con un punto humano y dulce, lleva sin pareja desde que se alistó en el ejército. Ni la necesita, ni la busca, y menos con esa vida. ¿Qué clase de relación de pareja podría tener?
Sin embargo, ahí estaba yo, Julia. En cuanto me crucé en su camino me convertí en su excusa perfecta. Al margen del sexo de una noche, podía convertirme en su novia de portada durante unas semanas. Lo suficiente para que su familia dejase de abrumarlo con “su futuro” mientras seguía en la comunidad autónoma de Murcia.
El trato era sencillo. Fingir que el romance fugaz era una relación seria. Iba a acabarse de todos modos en cuanto subiese al barco, ambos lo sabíamos. Hasta que repitió. Y repitió. Conforme fue acostumbrándose a mi olor, a mi sonrisa, a mi cuerpo, poco a poco Marcos fue minándose, como buen soldado sometido a la presión del enemigo.
Poco a poco, sus abrazos se vuelven de hierro y ya no es solo él quien quiere cambiar los términos del acuerdo. Por una vez me sentía segura, protegida, querida, y no solo deseada. Así que poco a poco dejamos de fingir y dejamos que el calor de la batalla nos funda.
Advertencia: Una novela romántica con tintes de militar, sensibles dosis de erótica y dirigida a un público maduro. Consumir con precaución.
Sin embargo, ahí estaba yo, Julia. En cuanto me crucé en su camino me convertí en su excusa perfecta. Al margen del sexo de una noche, podía convertirme en su novia de portada durante unas semanas. Lo suficiente para que su familia dejase de abrumarlo con “su futuro” mientras seguía en la comunidad autónoma de Murcia.
El trato era sencillo. Fingir que el romance fugaz era una relación seria. Iba a acabarse de todos modos en cuanto subiese al barco, ambos lo sabíamos. Hasta que repitió. Y repitió. Conforme fue acostumbrándose a mi olor, a mi sonrisa, a mi cuerpo, poco a poco Marcos fue minándose, como buen soldado sometido a la presión del enemigo.
Poco a poco, sus abrazos se vuelven de hierro y ya no es solo él quien quiere cambiar los términos del acuerdo. Por una vez me sentía segura, protegida, querida, y no solo deseada. Así que poco a poco dejamos de fingir y dejamos que el calor de la batalla nos funda.
Advertencia: Una novela romántica con tintes de militar, sensibles dosis de erótica y dirigida a un público maduro. Consumir con precaución.