Con tan solo 18 años Mesonero Romanos publicó de forma anónima la que sería su primera obra, estos cuadros de costumbres madrileños, que son una obra maestra de observación y estilo. Trata de las tertulias, las Sociedades patrióticas, el teatro, la Puerta del Sol, San Isidro, los toros, el Prado, la Academia y ferias, etc. "Verdadera reliquia y preciosa primicia bibliográfica del costumbrismo de Mesonero. Se trata del primer esbozo en el género que había de darle la fama con las colecciones de artículos de Panorama matritense o Escenas matritenses" Palau. La rareza de esta obra hizo que Foulché-Delbosc la reprodujera en la Revue Hispanique en 1920. El Catálogo Colectivo recoge dos ejemplares, en la Biblioteca de Casa de Medina Sidonia y en la Biblioteca Pública de Avila.
Ramón de Mesonero Romanos (Madrid, 19 de julio de 1803 – ibídem, 30 de abril de 1882) fue un escritor español. Sus estudios históricos y artículos de costumbres dedicados a la capital española le hicieron acreedor de los títulos de cronista y bibliotecario perpetuo de la villa de Madrid.
Era hijo de una influyente familia madrileña. Su padre, Matías Mesonero, natural de Salamanca y aficionado a la literatura, falleció en 1820, dejando a Ramón a cargo de los negocios familiares.
El Trienio Liberal marcó profundamente al autor con su atmósfera liberal y revolucionaria, a tal extremo que se alistó como miliciano nacional con apenas dieciocho años. Por entonces publicó sus primeros cuadros de costumbres: Mis ratos perdidos o ligero bosquejo de Madrid en 1820 y 1821 (Madrid, Imp. de Don Eusebio Álvarez, 1822).
En el campo literario, se interesó sobre todo por Leandro Fernández de Moratín, Bartolomé José Gallardo y Sebastián de Miñano, y leyó a los dramaturgos del Siglo de Oro: Tirso de Molina, Lope de Vega, Pedro Calderón de la Barca, Agustín Moreto o Francisco Rojas Zorrilla. También fue un entusiasta de la ópera italiana.
Despacho de Mesonero Romanos en Madrid, donde escribió Memorias de un setentón; dibujo de Juan Comba.
Fue distinguido miembro de la tertulia de «El Parnasillo» y formó parte de la llamada «Partida del Trueno»: José de Espronceda, Ventura de la Vega, Patricio de la Escosura, Miguel de los Santos Álvarez, Mariano José de Larra, Romero Larrañaga, Pelegrín, Segovia, entre otros románticos de espíritu ilustrado, artistas, dramaturgos y empresarios. El más unido a Mesonero fue quizá José María Carnerero, periodista y dramaturgo, que lo introdujo en los medios periodísticos más importantes de la época. Juan Grimaldi, director del teatro del Príncipe y autor de la célebre comedia de magia La pata de cabra, fue otro de los colegas del «El curioso parlante», sobrenombre con el que Mesonero firmaba sus escritos.
Por entonces empezó a experimentar inquietudes urbanísticas. El cambio que experimentó Madrid durante estos años fue motivo para numerosas salidas al extranjero con curiosidad por la fisonomía urbana que impera en distintos contextos geográficos. Desde agosto de 1833 a mayo de 1834 Mesonero Romanos viajará a Francia. Sólo parcialmente han llegado hasta nosotros los Fragmentos de un diario de viaje, publicados por los hijos del escritor en el centenario de su nacimiento. Su segunda salida al extranjero queda reflejada en su obra Recuerdos de viaje por Francia y Bélgica; sin embargo recorrió muchos otros reinos de Europa en tiempos de la regencia de María Cristina, tal como consta en los Trabajos no coleccionados publicados por sus hijos.
Redactó con Estébanez Calderón el periódico Cartas Españolas y en el periodo comprendido entre 1845 y 1850 se dedicó al Ayuntamiento de Madrid como concejal. Su Proyecto de mejoras generales, leído en la sesión de la Corporación municipal el día 23 de mayo de 1846, supuso una auténtica remodelación del Madrid de la época. Años más tarde redactó nuevas Ordenanzas municipales que rigieron largo tiempo.
Ramón de Mesonero Romanos (Madrid, 19 de julio de 1803 – ibídem, 30 de abril de 1882) fue un escritor español. Sus estudios históricos y artículos de costumbres dedicados a la capital española le hicieron acreedor de los títulos de cronista y bibliotecario perpetuo de la villa de Madrid.
Era hijo de una influyente familia madrileña. Su padre, Matías Mesonero, natural de Salamanca y aficionado a la literatura, falleció en 1820, dejando a Ramón a cargo de los negocios familiares.
El Trienio Liberal marcó profundamente al autor con su atmósfera liberal y revolucionaria, a tal extremo que se alistó como miliciano nacional con apenas dieciocho años. Por entonces publicó sus primeros cuadros de costumbres: Mis ratos perdidos o ligero bosquejo de Madrid en 1820 y 1821 (Madrid, Imp. de Don Eusebio Álvarez, 1822).
En el campo literario, se interesó sobre todo por Leandro Fernández de Moratín, Bartolomé José Gallardo y Sebastián de Miñano, y leyó a los dramaturgos del Siglo de Oro: Tirso de Molina, Lope de Vega, Pedro Calderón de la Barca, Agustín Moreto o Francisco Rojas Zorrilla. También fue un entusiasta de la ópera italiana.
Despacho de Mesonero Romanos en Madrid, donde escribió Memorias de un setentón; dibujo de Juan Comba.
Fue distinguido miembro de la tertulia de «El Parnasillo» y formó parte de la llamada «Partida del Trueno»: José de Espronceda, Ventura de la Vega, Patricio de la Escosura, Miguel de los Santos Álvarez, Mariano José de Larra, Romero Larrañaga, Pelegrín, Segovia, entre otros románticos de espíritu ilustrado, artistas, dramaturgos y empresarios. El más unido a Mesonero fue quizá José María Carnerero, periodista y dramaturgo, que lo introdujo en los medios periodísticos más importantes de la época. Juan Grimaldi, director del teatro del Príncipe y autor de la célebre comedia de magia La pata de cabra, fue otro de los colegas del «El curioso parlante», sobrenombre con el que Mesonero firmaba sus escritos.
Por entonces empezó a experimentar inquietudes urbanísticas. El cambio que experimentó Madrid durante estos años fue motivo para numerosas salidas al extranjero con curiosidad por la fisonomía urbana que impera en distintos contextos geográficos. Desde agosto de 1833 a mayo de 1834 Mesonero Romanos viajará a Francia. Sólo parcialmente han llegado hasta nosotros los Fragmentos de un diario de viaje, publicados por los hijos del escritor en el centenario de su nacimiento. Su segunda salida al extranjero queda reflejada en su obra Recuerdos de viaje por Francia y Bélgica; sin embargo recorrió muchos otros reinos de Europa en tiempos de la regencia de María Cristina, tal como consta en los Trabajos no coleccionados publicados por sus hijos.
Redactó con Estébanez Calderón el periódico Cartas Españolas y en el periodo comprendido entre 1845 y 1850 se dedicó al Ayuntamiento de Madrid como concejal. Su Proyecto de mejoras generales, leído en la sesión de la Corporación municipal el día 23 de mayo de 1846, supuso una auténtica remodelación del Madrid de la época. Años más tarde redactó nuevas Ordenanzas municipales que rigieron largo tiempo.