Mulas pateando las corrientes telúricas del Camino descubren manantiales de agua lustral. Un santo e incontinente predicador sufre martirio y se echa a la senda jacobea con la cabeza bajo el brazo, sin cesar en sus sermones. El Niño Jesús juega a los naipes con San Antonio. Monjes que viajan en el tiempo. Un puente cura enfermedades y otro decide el amor de una dama. Adúlteras presiden pórticos mientras ocas guían al Finis Terrae. Maderos y piedras que crecen monstruosamente. Artistas de Hollywood, abriéndose los chakras, se reconcilian con sus difuntos. Un alquimista parisino, en su peregrinaje a Santiago, descubre la Piedra Filosofal. A la llamada del Apóstol, el Pelirrojo Emperador salva a Europa en la Ruta Sacra. Un conde da muerte a su hermana peregrina y se hace santo. El Codex Calixtinus es misteriosamente robado y, por ventura, recuperado incólume. Afirman que el Camino de Santiago es sólo una escenificación del Juego de la Oca… o viceversa. Etcétera.
¿Necesitas, después de tales nuevas, descerrajar la tumba plateada y profanar los dormidos huesos con una prueba de ADN para cerciorarte de que allí reposa el Apóstol? ¿Precisas demostrar con histórico rigor que el Hijo del Trueno está realmente ahí antes emprender tu peregrinaje por este Camino de las Estrellas que ya existía milenios antes de que él naciera?
¡No te demores! ¡Carga con la terca mochila de tu realidad, abre los ojos a los portentos que te aguardan, y echa a andar mientras escuchas la voz misteriosa de los símbolos del Camino! Ahí te aguarda el tesoro que, sin saberlo, andas buscando.
¿Necesitas, después de tales nuevas, descerrajar la tumba plateada y profanar los dormidos huesos con una prueba de ADN para cerciorarte de que allí reposa el Apóstol? ¿Precisas demostrar con histórico rigor que el Hijo del Trueno está realmente ahí antes emprender tu peregrinaje por este Camino de las Estrellas que ya existía milenios antes de que él naciera?
¡No te demores! ¡Carga con la terca mochila de tu realidad, abre los ojos a los portentos que te aguardan, y echa a andar mientras escuchas la voz misteriosa de los símbolos del Camino! Ahí te aguarda el tesoro que, sin saberlo, andas buscando.