La vida cotidiana en la época de Sor Juana.
Alrededor de 1664 llegó a la ciudad de México Juana Ramírez de Asbaje; sus ojos de adolescente se asombraron ante el bullicio y la animación de la ciudad más importante del continente americano. Hacia esa época, la urbe novohispana se perfilaba también como la Atenas de América, pues numerosos intelectuales, científicos y artistas la habitaban. Un público culto leía libros gracias a las varias imprentas que tenía la ciudad, y los pintores, escultores y arquitectos llenaban el espacio urbano con hermosos edificios ricamente decorados. En este escenario, Sor Juana Inés de la Cruz y sus contemporáneos, como Carlos de Sigüenza y Góngora, Baltasar de Medina, Antonio de Salazar, Luis Gómez de Trasmonte y Cristóbal de Villalpando, constituirán una de las generaciones más brillantes de la Nueva España.
Monjas, cortesanos y plebeyos abre una ventana a la vida individual y colectiva de quienes compartían un espacio urbano que se debatía entre calamidades y días festivos, entre la miseria y la opulencia. Con todas las diferencias que existen en razón de los siglos transcurridos, esta historia es cercana, no sólo porque la vivencia humana ante lo cotidiano es similar, sino también porque en esa época se encuentra el origen de muchos de los problemas ecológicos, sociales, políticos y económicos de la actual ciudad de México.
Alrededor de 1664 llegó a la ciudad de México Juana Ramírez de Asbaje; sus ojos de adolescente se asombraron ante el bullicio y la animación de la ciudad más importante del continente americano. Hacia esa época, la urbe novohispana se perfilaba también como la Atenas de América, pues numerosos intelectuales, científicos y artistas la habitaban. Un público culto leía libros gracias a las varias imprentas que tenía la ciudad, y los pintores, escultores y arquitectos llenaban el espacio urbano con hermosos edificios ricamente decorados. En este escenario, Sor Juana Inés de la Cruz y sus contemporáneos, como Carlos de Sigüenza y Góngora, Baltasar de Medina, Antonio de Salazar, Luis Gómez de Trasmonte y Cristóbal de Villalpando, constituirán una de las generaciones más brillantes de la Nueva España.
Monjas, cortesanos y plebeyos abre una ventana a la vida individual y colectiva de quienes compartían un espacio urbano que se debatía entre calamidades y días festivos, entre la miseria y la opulencia. Con todas las diferencias que existen en razón de los siglos transcurridos, esta historia es cercana, no sólo porque la vivencia humana ante lo cotidiano es similar, sino también porque en esa época se encuentra el origen de muchos de los problemas ecológicos, sociales, políticos y económicos de la actual ciudad de México.