Los freaks siempre fueron explotados por quienes hicieron de su
exhibición una inagotable fuente de riquezas. Junto a la narración de
estas vidas prodigiosas (que muchas veces inspiraron a escritores y
cineastas) se desarrollan las raíces biológicas que condujeron a su
singularidad, las distorsiones cromosómicas o genéticas que explican o
pretenden revelar esta llamada monstruosidad.
Nadie puede estar seguro de si Dios juega a los dados con átomos y protones, pero ha organizado una lotería con genes y cromosomas. Por estas páginas desfilarán individuos que, como todos, participaron en este sorteo y perdieron, sembrando al mundo de enanos acondroplásicos, hombres con cola, mujeres barbudas, gordos prodigiosos o monarcas infradotados, en definitiva una serie de lusus naturae o bromas de la naturaleza, como las llamaba Aristóteles con un dejo de ironía.
En este libro describimos sus vidas circenses, sus miserables exposiciones o sus majestuosas ridiculeces.
exhibición una inagotable fuente de riquezas. Junto a la narración de
estas vidas prodigiosas (que muchas veces inspiraron a escritores y
cineastas) se desarrollan las raíces biológicas que condujeron a su
singularidad, las distorsiones cromosómicas o genéticas que explican o
pretenden revelar esta llamada monstruosidad.
Nadie puede estar seguro de si Dios juega a los dados con átomos y protones, pero ha organizado una lotería con genes y cromosomas. Por estas páginas desfilarán individuos que, como todos, participaron en este sorteo y perdieron, sembrando al mundo de enanos acondroplásicos, hombres con cola, mujeres barbudas, gordos prodigiosos o monarcas infradotados, en definitiva una serie de lusus naturae o bromas de la naturaleza, como las llamaba Aristóteles con un dejo de ironía.
En este libro describimos sus vidas circenses, sus miserables exposiciones o sus majestuosas ridiculeces.