"El infierno no es rojo y de fuego; es blanco y helado y está en Rusia, está en el frente de Leningrado". Los voluntarios españoles de la División Azul escribieron una página poco conocida del siglo XX, donde hasta 45.000 españoles, en varios relevos, combatieron junto al ejército alemán. Nos situamos en la Segunda Guerra Mundial, en el frente del este, en febrero de 1943. Los españoles recibieron el impacto de una fortísima ofensiva rusa en la batalla de Krasny Bor, y perdieron más de la mitad de sus efectivos.
Los personajes de esta novela se ven aislados, y poco después su posición es destruida por el enemigo. La línea del frente se ha desplazado muy lejos de ellos y tienen que emprender una larga retirada. Deben combatir no solo al enemigo, sino al hambre y el frío y las disensiones entre ellos; las desigualdades sociales de la España de entonces se han trasladado hasta aquí. Julio es el oficial recién llegado y sin experiencia de combate, y tomará decisiones equivocadas que van a costar muchas vidas. Julio Quiroga fue el señorito en el cortijo allá en la patria, y Pedro Almeda fue jornalero suyo. Ahora Pedro es un sargento veterano, condecorado y héroe de guerra, dependen de él para que los guíe hasta la salvación. Entre Julio y Pedro hay antiguos rencores y deudas de honor que ponen en peligro la cohesión y disciplina del grupo, mientras combaten en su larga marcha y van cayendo, uno a uno, los camaradas de este grupo.
A Julio Quiroga lo volveremos a encontrar en la novela del mismo autor "Apocalipsis Berlín", donde combatirá hasta el final, mutilado y medio loco, al frente de SS franceses.
Pero en esta narración no todo son miserias y horrores, y encuentran un rincón para la ternura y para el amor cuando acogen en su marcha a una mujer con su niño. Los españoles, y lo vemos a través de estas páginas, fueron muy queridos por la población civil.
Disfrute el lector en una narración que evita juzgar las motivaciones políticas; no se trata de justificar sino de comprender. Porque la historia de estos soldados es parte de nuestra historia.
Los personajes de esta novela se ven aislados, y poco después su posición es destruida por el enemigo. La línea del frente se ha desplazado muy lejos de ellos y tienen que emprender una larga retirada. Deben combatir no solo al enemigo, sino al hambre y el frío y las disensiones entre ellos; las desigualdades sociales de la España de entonces se han trasladado hasta aquí. Julio es el oficial recién llegado y sin experiencia de combate, y tomará decisiones equivocadas que van a costar muchas vidas. Julio Quiroga fue el señorito en el cortijo allá en la patria, y Pedro Almeda fue jornalero suyo. Ahora Pedro es un sargento veterano, condecorado y héroe de guerra, dependen de él para que los guíe hasta la salvación. Entre Julio y Pedro hay antiguos rencores y deudas de honor que ponen en peligro la cohesión y disciplina del grupo, mientras combaten en su larga marcha y van cayendo, uno a uno, los camaradas de este grupo.
A Julio Quiroga lo volveremos a encontrar en la novela del mismo autor "Apocalipsis Berlín", donde combatirá hasta el final, mutilado y medio loco, al frente de SS franceses.
Pero en esta narración no todo son miserias y horrores, y encuentran un rincón para la ternura y para el amor cuando acogen en su marcha a una mujer con su niño. Los españoles, y lo vemos a través de estas páginas, fueron muy queridos por la población civil.
Disfrute el lector en una narración que evita juzgar las motivaciones políticas; no se trata de justificar sino de comprender. Porque la historia de estos soldados es parte de nuestra historia.