Primera entrega de la trilogía Morirás mañana.
Tras los sanguinarios pero también divertidos crímenes que planea su protagonista, se descubre esa instancia a menudo detestable que es la literatura, o más bien el sistema que representa, con sus comentaristas, sus editores, sus agentes, sus autores y, pieza fundamental, sus lectores.
«Tengo un número impreciso y ciertamente abultado de enemigos, pero enemigos de verdad son los que uno recuerda cuando le dicen que va a morir pronto y se niega a dejarlos vivos...»
El escritor Javier Garcés tiene los días contados. Ahora ya no le importa la curiosa combinación de éxito y mala fama que constituye su fortuna; solo desea convertir los seis meses que le quedan en los mejores de su vida. Para conseguirlo, su designio es claro: matar a sus peores enemigos. Así, con movimientos calculados, sabiendo que juega una partida sin marcha atrás, trama, uno por uno, cinco asesinatos. Un crítico mordaz, un escritor fracasado, un periodista envanecido, un editor ladrón y una mujer misteriosa son los enemigos que Javier Garcés quiere aniquilar antes de morir. Todos ellos han conspirado contra él, contra su obra. Por eso, lo que busca no es una venganza ni puede ser un acto de justicia; es, más precisamente, un gesto estético, una extirpación de la fealdad, una reivindicación de la belleza.