En Boñigolandia les ha dado por crear una escudería de Fórmula 1 y así promocionar su país. El problema es que, al estar escasos de recursos, tienen la tendencia a llevarse prestados diseños, planos y demás utensilios del resto de los competidores, o eso es lo que sospechan en la T.I.A.
Ante tal situación y no teniendo a nadie a quien recurrir, el súper recurre a Mortadelo y Filemón para que piloten un bólido y desenmascaren a los mangantes de Boñigolandia.