Año 1213. Los reinos de Castilla, Navarra, Aragón, León y al-Ándalus se encuentran en plena lucha. Dulce Álvarez asume como propia la misión de proteger a su pupilo Juan Blasco, heredero del condado castellano de Fortún, pero nieto ilegítimo del rey Sancho de Navarra. Adoain Estella se encuentra prisionero en el castillo del Cerro de Santa Bárbara acusado falsamente. En la prisión el propio rey Sancho le comunica que su padre, el conde de Bearin, ha sido asesinado en tierras de Castilla mientras intentaba cumplir la misión encargada por el rey de traer a su nieto ilegítimo a Navarra. Puesto que la misión no ha sido cumplida, el rey Sancho encarga a Adoain que se traslade a Castilla para completar la misión de su padre, trayendo al niño Juan Blasco, heredero del condado castellano de Fortún, a tierras de Navarra.
Adoain inicia el viaje a Castilla con intención por un lado de secuestrar al pequeño Juan Blasco y por otro de vengar la muerte de su padre. Pero al llegar al castillo de Fortún en Toledo, conoce a Dulce Álvarez, tutora del niño, surgiendo entre ambos una atracción instantánea y una pasión que irá aumentando progresivamente a pesar de perseguir intereses y misiones opuestas.
Adoain inicia el viaje a Castilla con intención por un lado de secuestrar al pequeño Juan Blasco y por otro de vengar la muerte de su padre. Pero al llegar al castillo de Fortún en Toledo, conoce a Dulce Álvarez, tutora del niño, surgiendo entre ambos una atracción instantánea y una pasión que irá aumentando progresivamente a pesar de perseguir intereses y misiones opuestas.