¿Puede un asesino en serie, después de dieciocho años, regresar y convertir a sus víctimas en verdugos?
El inspector Marcial Lisón, un peculiar policía cuyo único amigo de verdad es su inseparable galgo, se verá obligado a retomar una investigación que le explotó en la cara cuando, a mediados de la década de los noventa, tan solo era un simple agente a las órdenes del inspectorVillanueva. Cuando Lisón ve el cuerpo desnudo de Enma, la mujer de Villanueva, sentado frente a la mesa de la cocina, con dos tazas de café y el dedo anular amputado, ya sabe que el asesino del café ha vuelto.
La enrevesada investigación, que obliga a negociar con los recuerdos más ocultos de su mente, conducirá a Marcial a descubrir que su relación con el asesino del café trasciende más allá de lo meramente profesional.
El asesino del café no es sólo un caso sin resolver del pasado, sino su pasado sin resolver.
El inspector Marcial Lisón, un peculiar policía cuyo único amigo de verdad es su inseparable galgo, se verá obligado a retomar una investigación que le explotó en la cara cuando, a mediados de la década de los noventa, tan solo era un simple agente a las órdenes del inspectorVillanueva. Cuando Lisón ve el cuerpo desnudo de Enma, la mujer de Villanueva, sentado frente a la mesa de la cocina, con dos tazas de café y el dedo anular amputado, ya sabe que el asesino del café ha vuelto.
La enrevesada investigación, que obliga a negociar con los recuerdos más ocultos de su mente, conducirá a Marcial a descubrir que su relación con el asesino del café trasciende más allá de lo meramente profesional.
El asesino del café no es sólo un caso sin resolver del pasado, sino su pasado sin resolver.