Siete notas para amar la música.
El acceso al mensaje poderoso y transformador de la música exige una cierta pedagogía, que no siempre se ha sabido cultivar de la manera adecuada. Desgraciadamente, sucede muy a menudo que el enfoque de la enseñanza musical en las escuelas —e incluso en los conservatorios— no es el correcto. Como consecuencia de esto, una gran parte de la población más joven —y no tan joven— no siente ninguna afinidad hacia la gran música; la consideran una realidad lejana, incomprensible, propia de gente aburrida o extraña. Otros quizás albergan la sospecha de que se trata de un mundo fascinante y enriquecedor, pero les parece que no disponen de las claves para acceder a él; no saben cómo se han de acercar a las grandes creaciones musicales, y pronto se rinden con la amarga sensación de que han perdido ese tren.
Escrito en un registro cercano y amable —tan lejos de la erudición como de la divulgación insustancial—, Música para leer es una guía para iniciarse, profundizar y llegar a amar —hasta la completa adicción— el mundo de la gran música.
El acceso al mensaje poderoso y transformador de la música exige una cierta pedagogía, que no siempre se ha sabido cultivar de la manera adecuada. Desgraciadamente, sucede muy a menudo que el enfoque de la enseñanza musical en las escuelas —e incluso en los conservatorios— no es el correcto. Como consecuencia de esto, una gran parte de la población más joven —y no tan joven— no siente ninguna afinidad hacia la gran música; la consideran una realidad lejana, incomprensible, propia de gente aburrida o extraña. Otros quizás albergan la sospecha de que se trata de un mundo fascinante y enriquecedor, pero les parece que no disponen de las claves para acceder a él; no saben cómo se han de acercar a las grandes creaciones musicales, y pronto se rinden con la amarga sensación de que han perdido ese tren.
Escrito en un registro cercano y amable —tan lejos de la erudición como de la divulgación insustancial—, Música para leer es una guía para iniciarse, profundizar y llegar a amar —hasta la completa adicción— el mundo de la gran música.