Edgar Allan Poe, durante su breve existencia, creó una obra única, a través de la cual recorrió los pasajes más lóbregos del ser humano, al recrear inesperadas y extrañas situaciones donde la realidad de sus personajes se trastoca en enigma, crimen, misterio, en un sueño demencial semejante a la locura.
Con su pluma entintada en una perversidad innata, Poe escribió alrededor de setenta cuentos, por medio de los cuales, además de exorcizar sus propios miedos y obsesiones, inventó nuevas pesadillas, pobló a la noche con nuevos demonios, aportando a la literatura un tipo de terror hasta entonces poco explorado, que influiría en gran cantidad de escritores, y que se alimentaba no tanto de la fantasía sino principalmente de la maldad, de las fobias y de los temores que habitan en el interior de cada hombre.
Los cuentos que se reúnen en este libro son la mejor muestra de su incansable indagación por las múltiples posibilidades de lo sobrenatural, de sus profundas preocupaciones metafísicas, de su precisión necrófila y sádica para retratar a la muerte con sus ojos descarnados, de su maestría de generar escalofrío en el lector al enfrentarlo a lo desconocido.
Con su pluma entintada en una perversidad innata, Poe escribió alrededor de setenta cuentos, por medio de los cuales, además de exorcizar sus propios miedos y obsesiones, inventó nuevas pesadillas, pobló a la noche con nuevos demonios, aportando a la literatura un tipo de terror hasta entonces poco explorado, que influiría en gran cantidad de escritores, y que se alimentaba no tanto de la fantasía sino principalmente de la maldad, de las fobias y de los temores que habitan en el interior de cada hombre.
Los cuentos que se reúnen en este libro son la mejor muestra de su incansable indagación por las múltiples posibilidades de lo sobrenatural, de sus profundas preocupaciones metafísicas, de su precisión necrófila y sádica para retratar a la muerte con sus ojos descarnados, de su maestría de generar escalofrío en el lector al enfrentarlo a lo desconocido.