Los dueños del Orión decidieron que ese año debían festejar Navidad con los amigos y familiares.
Con ese fin y llenos de ilusión, abrieron las puertas del club para su mágica fiesta. Pero algo extraño pasó que no alcanzaron a entender.
Cada una de las parejas tenía una sorpresa que compartir con los amigos a la hora del brindis. Para otros se estaba escribiendo su destino en ese mismo momento.
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