Carla es una joven policía santiaguesa enamorada de su trabajo. Una noche oscura, fría y lluviosa, reciben un soplo importante y debe acudir, junto a su compañero Sergio, a la detención de un delincuente que llevaban persiguiendo y vigilando desde hacía tiempo. En la operación no contaban con más refuerzos, por lo que tuvieron que separarse para poder bloquear su paso y, así evitar que llegara al centro de la ciudad y poner a civiles en peligro. Si a las adversas condiciones climáticas le añadimos la emboscada que sufren, la actuación se volvió suicida. El Tuerto jugó sus cartas con maldad, obligándola a disparar a su compañero por equivocación.
Después de más de un año de baja, ni la distancia ni el tiempo consiguen que Carla recupere su vida. Los recuerdos siguen persiguiéndola, atormentándola, hasta que decide anotarse en las clases de aerobic y conoce a su monitor, Alex.
Después de más de un año de baja, ni la distancia ni el tiempo consiguen que Carla recupere su vida. Los recuerdos siguen persiguiéndola, atormentándola, hasta que decide anotarse en las clases de aerobic y conoce a su monitor, Alex.