Padre de tres hijas pequeñas, Mateo Bussola decidió dejar la seguridad de su trabajo como arquitecto para dedicarse al diseño de cómic y al cuidado de su familia. En este libro, mediante entrañables diálogos y divertidas escenas domésticas, nos descubre la poesía que se esconde en el ejercicio de la paternidad.
«-Pero tú, cuando conociste a mamá, ¿cómo supiste que era mamá? -preguntó.
-No te entiendo.
-¿Cómo comprendiste que te gustaría quererla?
-Ah, eso -dije.- Lo comprendí al cabo de unos diez minutos.
-¿Cómo?
-Cuando nos conocimos se levantó el pelo en la nuca, se lo puso encima de la cabeza y se hizo un moño sin utilizar goma, anudándolo sin más.
-¿Y qué?
-Bueno, al verla entendí que necesitaba una goma a toda costa.
-¿Y tú tenías una goma?
-No, pero cuando tu madre lo descubrió ya me quería mucho.»
Todos nos enfrentamos alguna vez con el miedo a dar un salto en la vida. Sucede cuando sabemos que lo que hemos hecho hasta ahora ya no nos sirve y no hay marcha atrás. Para Matteo Bussola ese salto fue su paternidad, lo que desencadenó algunos más: un cambio de trabajo, más hijas, y un estilo de vida que antepone el cuidado de los suyos a las comodidades que puede traer el dinero.
En la actualidad, Matteo lleva todos los días a sus hijas al colegio, les prepara pizza, va a hacer la compra, aprende a hacerle trenzas a Virginia y se levanta de madrugada para dibujar sus cómics cuando el resto todavía duerme. Estas situaciones cotidianas son las que ha recogido en este libro: historias sencillas que reflejan una forma muy fresca de contemplar la vida, con ternura y asombro.
Matteo Bussola dice que su trabajo es ser padre, su profesión es dibujar cómics y su pasión es escribir. Sostiene que sus tres hijas le cambiaron la vida y le han hecho mejor persona, más valiente en su trabajo y más amablecon los demás.
Noches en blanco y besos en los bolsillos es un libro irónico y sugerente sobre la magia de ser padre.
Reseña:
«Matteo Bussola tiene la capacidad de contar la vida cotidiana de una forma tan natural, con un lenguaje tan sugestivo y cordial, con una precisión tan maravillosa, que nos hace pensar: sí, en efecto, a veces la literatura juega a esconderse en las pequeñas cosas.»
Giulio Mozzi