A través de la historia de Margaret Hale, una joven del sur de Inglaterra que por circunstancias familiares se ve obligada a trasladarse al Norte, a la ciudad industrial de Milton –un trasunto apenas disfrazado de Manchester−, Elizabeth Gaskell plasma de forma magistral los conflictos sociales y políticos derivados de la Revolución Industrial en la Inglaterra de mediados del siglo XIX. Para la heroína, el Sur donde ha nacido simboliza el idilio rural, el triunfo de la armonía social y el decoro; frente a él, el Norte es sucio, rudo y violento. Sin embargo, a medida que va penetrando en ese nuevo mundo y sus distintos estratos –desde Bessy, la joven obrera enferma y su padre, líder sindical, hasta John Thornton, dueño de una fábrica textil, por quien siente una creciente atracción−, tendrá que ir corrigiendo sus prejuicios; y del mismo modo, su condición de mujer subordinada evolucionará hacia una madura aceptación de sí misma y de sus sentimientos.
Norte y Sur (1855) es ante todo una novela de personajes que crecen, actúan, piensan y sienten. Las contradicciones de la Inglaterra industrial se entrelazan con una historia de amor apasionada y curiosamente moderna, entre dos seres capaces de tratarse como iguales a pesar de todas las diferencias que los separan.