Las palabras de un modo u otro condicionan las acciones de las personas. En lo que respecta a parejas se utilizan muchas expresiones: Pololear (Chile), noviar (Argentina), enganchar (Venezuela), enamorar (Perú), etc. Dichos vocablos de alguna manera incorporan un concepto que ha venido a ser tradicional en el mundo contemporáneo, es la idea de que los jóvenes tienen que experimentar con varias personas y en diferentes momentos de sus vidas, antes de casarse. La tesis básica de este libro es que desde la perspectiva cristiana tendría que existir más seriedad y compromiso en el amor. Las relaciones amorosas deberían tener tres momentos claves: Amistad, noviazgo y matrimonio. Mirarlo de otra forma, en muchos casos, es simplemente irresponsabilidad.
El segundo factor tiene que ver con la sanidad de las relaciones. Un noviazgo saludable tiene características definidas, eso es lo que se analiza en este texto con el fin de ayudar a las parejas a tomar decisiones adecuadas, y además, ser capaces de prevenir situaciones que a la postre, no sean lamentadas.
El amor es un don otorgado por Dios. Vivirlo en pareja es un privilegio extraordinario. Hay que cuidarlo como una planta delicada con el fin de recibir sus beneficios con alcances infinitos.
El segundo factor tiene que ver con la sanidad de las relaciones. Un noviazgo saludable tiene características definidas, eso es lo que se analiza en este texto con el fin de ayudar a las parejas a tomar decisiones adecuadas, y además, ser capaces de prevenir situaciones que a la postre, no sean lamentadas.
El amor es un don otorgado por Dios. Vivirlo en pareja es un privilegio extraordinario. Hay que cuidarlo como una planta delicada con el fin de recibir sus beneficios con alcances infinitos.