¿Y si llevaras el mal en la sangre?
¿Qué harías si descubrieras que tu padre biológico es un sádico asesino? ¿Es posible renunciar a él, vivir al margen de su locura, su violencia, sus víctimas? Tras el éxito de Nadie te encontrará, Chevy Stevens vuelve con otro intenso thriller psicológico que te dejará clavado al asiento.
Sara ha conseguido lo que muchos hijos adoptados anhelan toda la vida: encontrar a su verdadera madre. Al principio, no puede entender el rechazo visceral de esa mujer a reconocerla como hija, su áspera negativa a hablar siquiera con ella. Hasta que descubre la devastadora realidad; su madre fue la única víctima que logró sobrevivir al ataque de uno de los peores violadores y asesinos en serie de la región, un sádico que durante décadas ha sembrado el terror entre las mujeres y que siempre ha conseguido escapar de la policía.
¿Es posible que ese criminal sea su verdadero padre? ¿Habrá heredado ella un gen para la violencia que siempre ha estado ahí, latente, esperando a salir? El sólido mundo de Sara –sus padres adoptivos, su marido, su hija –parece tambalearse de pronto, mientras ella se da cuenta de que hay algo mucho peor que saber que tu padre es un monstruo: que él descubra que tiene una hija.
¿Qué harías si descubrieras que tu padre biológico es un sádico asesino? ¿Es posible renunciar a él, vivir al margen de su locura, su violencia, sus víctimas? Tras el éxito de Nadie te encontrará, Chevy Stevens vuelve con otro intenso thriller psicológico que te dejará clavado al asiento.
Sara ha conseguido lo que muchos hijos adoptados anhelan toda la vida: encontrar a su verdadera madre. Al principio, no puede entender el rechazo visceral de esa mujer a reconocerla como hija, su áspera negativa a hablar siquiera con ella. Hasta que descubre la devastadora realidad; su madre fue la única víctima que logró sobrevivir al ataque de uno de los peores violadores y asesinos en serie de la región, un sádico que durante décadas ha sembrado el terror entre las mujeres y que siempre ha conseguido escapar de la policía.
¿Es posible que ese criminal sea su verdadero padre? ¿Habrá heredado ella un gen para la violencia que siempre ha estado ahí, latente, esperando a salir? El sólido mundo de Sara –sus padres adoptivos, su marido, su hija –parece tambalearse de pronto, mientras ella se da cuenta de que hay algo mucho peor que saber que tu padre es un monstruo: que él descubra que tiene una hija.