Lo que finalmente logró que me estabilizara en mi peso fue dejarme de "pensar" en el peso. Entonces, descubrí que "no importa tanto qué comemos, sino cómo lo comemos". Lo que sucede adentro se manifiesta afuera. Por eso, además de hablarles sobre el cuerpo, me gustaría contarles lo que veo cada día en el consultorio: si uno está tranquilo, come tranquilo; si uno está ansioso, come con voracidad. Con todo mi cariño les presento aquí mi Nutrición del alma, que es para mí una nueva manera de enfocar la alimentación. Tal vez les sirva. Espero que sea así. En este libro les cuento lo que aprendí y les doy mis trucos personales.
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