La pérdida del sentido de la vista ha inspirado a infinidad de escritores a relatar emotivas y trágicas historias de personajes que, por diversas razones, son desterrados del mundo tangible de luz, formas y colores a una realidad inhóspita y desconocida, sumergida en la oscuridad, en la cual se desvanecen los escenarios de su existencia, e incluso en ocasiones su propio ser, al volverse invisibles ante los ojos de los demás.
Ojos que no ven, corazón que sí siente es el anecdotario de una persona con discapacidad visual, quien nos relata diversos capítulos de su paulatino y difícil proceso hacia una ceguera casi total, pero desde un singular e inesperado sentido del humor, que convierte a este libro en una entrañable y sensible mirada -valga la expresión- a los sinsabores y obstáculos cotidianos de la discapacidad visual, que casi siempre pasan desapercibidos para la sociedad, pero respecto a los cuales el autor a través de estas páginas nos sensibiliza.
Ojos que no ven, corazón que sí siente es el anecdotario de una persona con discapacidad visual, quien nos relata diversos capítulos de su paulatino y difícil proceso hacia una ceguera casi total, pero desde un singular e inesperado sentido del humor, que convierte a este libro en una entrañable y sensible mirada -valga la expresión- a los sinsabores y obstáculos cotidianos de la discapacidad visual, que casi siempre pasan desapercibidos para la sociedad, pero respecto a los cuales el autor a través de estas páginas nos sensibiliza.