Jake Rivers y Henry Woods siempre fueron polos opuestos, como el día y la noche, como el frío y el calor. Ambos son respetados, carismáticos, y queridos por todo el mundo, pero mientras Henry, capitán del equipo de fútbol del instituto, tiene a todo el mundo bajo su control, es egocéntrico y vanidoso, Jake, líder de un grupo de rock de poca monta, es un alma libre, que prefiere vivir la vida a su manera, sin importarle demasiado lo que piensen los demás. Henry odia a Jake por ser el único al que no puede controlar, y Jake odia a Henry por ser un chico egoísta y cruel. Entonces, ¿por qué no pueden evitar sentirse atraídos el uno por el otro? ¿Cómo es posible que se odien hasta tal punto de no poderse ignorar?
“Del odio al amor solo hay un paso”.
“Del odio al amor solo hay un paso”.