“Instruye al niño en el camino que debe andar, Y aun cuando sea viejo no se apartará de él” (Proverbios 22:6).
El mejor momento para guiar a los niños hacia una relación personal con Dios es desde la niñez.
Nos esmeramos en educar a los niños de la mejor manera posible y debemos reconocer que su primer maestro es Dios.
Los niños necesitan la guía de sus padres y maestros de manera que ellos puedan desarrollarse en el ambiente divino, de manera que ellos puedan escoger, vivir y construir en este ambiente toda su vida.
“Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres” (Lucas 2: 52).
“Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
“A El sea la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén” (2 Pedro 3:18)
El mejor momento para guiar a los niños hacia una relación personal con Dios es desde la niñez.
Nos esmeramos en educar a los niños de la mejor manera posible y debemos reconocer que su primer maestro es Dios.
Los niños necesitan la guía de sus padres y maestros de manera que ellos puedan desarrollarse en el ambiente divino, de manera que ellos puedan escoger, vivir y construir en este ambiente toda su vida.
“Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres” (Lucas 2: 52).
“Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
“A El sea la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén” (2 Pedro 3:18)